Mouris Salloum George*
Vista la marginación socioeconómica de estados como Guerrero, Oaxaca y Chiapas, donde pobreza y miseria son históricas y van de la mano, parecería que la población de la Ciudad de México es privilegiada por su nivel de ingresos.
Sin embargo, reportes del Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas de Desarrollo informan que en el periodo de 2008 a 2016 la pobreza en ingresos se incrementó aquíde 32 a 34 por ciento.
Dos datos nos dan la pauta de la situación de los habitantes del DF-CDMX: 1) 53 por ciento de la población ocupada lo está en la economía negra, llamada por los estadígrafos informal, y 2) La mayor parte de esos ocupados carece de servicios elementales como el de salud, por citar sólo una de las privaciones.
Ahora bien: Aunque se reconoce el incremento de la delincuencia común, hasta el primer semestre de 2018 el gobierno de la ciudad se obcecó en rechazar la presencia aquí del crimen organizado.
Protección de la integridad física: Primero el ciudadano
Se cita la segunda categoría, porque hace suponer que los riesgos para la integridad personal en la Ciudad de México son menos graves que en los estados con mayores índices de criminalidad perpetrada por los cárteles.
Por lo demás, si se trata proteger la seguridad individual o familiar, el primer derecho pertenece al ciudadano.
No es así:Hasta noviembre pasado, el gobierno de la Ciudad erogó 21 millones de pesos (250 millones al año) en asignar“gratuitamente” custodia a burócratas y empresarios privados citadinos. Decir gratuita, para los beneficiados, pero con costo a los contribuyentes.
Aquel fue el costo de mil 400 escoltas de personal sustraído a los servicios de seguridad pública en esta demarcación.
Seguramente ese no es el único beneficio reservado a gente de gobierno que, por alguna razón sólo por ellos conocida, creen necesario disponer hasta de seis y 10 escoltas, que ciertamente no se transportan a pie.
Si mal no calculamos, el costo sexenal sólo de ese servicio es de mil 500 millones de pesos (más los que podrían sumar otras prestaciones).
Si una de las carencias citadas arriba es la de la salud, ¿Por qué en algunos Centros de Salud de diversas alcaldías se ha suspendido el Seguro Popular?
Son esas algunas basuras que los gobiernos salientes invariablemente ocultan bajo la alfombra. Es plausible entonces que se empiece a aplicar la aspiradora. Lacuarta transformación lo exige y la sociedad lo agradecerá.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.
Foto: Milenio